Algunos especialistas recomiendan cambiarse de puesto lo antes posible. Pero, mientras siga vinculado con esta persona, se hace importante establecer límites. Esto en el horario, carga laboral y sobre todo en el trato.
Egocéntricos, arrogantes y hostiles. Los narcisistas son prácticamente intolerables. Rosa María Fuchs, profesora de Administración de la Universidad del Pacífico, los describe como personas que se consideran superiores, tienen ansias de brillo propio y no reconocen los logros del otro.
Voluntariamente, no buscaríamos relacionarnos con estas personas, pero hay casos en los que no hay salida, sobre todo si se trata del líder o CEO de la empresa. Así, si debe haber un trato diario, ¿cómo sobrellevarlo?
Bajo rendimiento
Para Andrea Aguinaga, HR Consulting Manager de Cornerstone Perú, el líder narcisista es alguien que no practica la escucha activa, su feedback se enfoca en los errores de sus colaboradores, toma todo el crédito de los logros de su equipo y evita asumir la responsabilidad en decisiones equivocadas. Con lo cual, tener como jefe a un narcisista es agotador.
Además, este tipo de líder genera un clima laboral tenso que perjudica el rendimiento y el alcance de objetivos dentro de la empresa.
A pesar de la alta competencia que tiene este tipo de gerentes, suelen tener menor rendimiento, indica César Cáceres, docente de Gestión del Talento Humano en la Universidad de Piura.
“Es paradójico, porque estas personas miran directamente los resultados y no el proceso. Por ende, los resultados no serán los mejores, pues el proceso que utilizaron no fue el mejor”, precisa.
Por el contrario, Fuchs señala que, según algunos estudios, si las personas narcisistas trabajan en el mismo equipo, podría funcionar bien esa relación de trabajo.
¿Cómo afecta a la empresa?
Un líder narcisista afecta al equipo negativamente.
Fuchs explica que la idea de equipo es que sus miembros trabajen enfocados en cumplir sus objetivos, que compartan los logros y que se ayuden unos a otros. Esta dinámica se rompe cuando el jefe es narcisista.
Aquí la desmotivación del personal aflora porque el líder no reconoce los méritos de su equipo.
Cáceres complementa que un líder narcisista es muy competitivo, autoritario y desconfiado. Por lo tanto, no acepta la ayuda de un subordinado ni de sus superiores.
En el caso de que acepte la colaboración de alguien, reduce el aporte que la otra persona realiza. Con esto, un equipo desvalorizado puede redundar en una menor eficiencia. E incluso, según estudios, las compañías lideradas por estos ejecutivos son más propensas a ser demandadas.
Esto puede deberse a que los CEO narcisistas tienen más probabilidades de doblar las reglas y crear culturas corporativas de “baja integridad”.
Sobrellevar la personalidad
La solución extrema que Aguinaga recomienda es buscar un nuevo empleo. Sin embargo, si esto no es una posibilidad, la especialista aconseja establecer límites en los horarios de trabajo, carga laboral y en el trato. También evitar discusiones o comentarios que lleven a halagarlo.
En cambio, tanto Fuchs como Cáceres indican que lo mejor para un grato ambiente laboral sería ignorar los aires de grandeza del jefe y colaborar hasta cierto punto.
¿Por qué los contratan?
No muchas personas diferencian la confianza en uno mismo de la arrogancia.
Esta última implica el narcisismo. Y, según el portal de CNN, al momento de pasar por entrevistas de trabajo, muchos de los entrevistadores se dejan seducir por esta actitud de ‘confianza’ creyendo que son características necesarias para llevar al equipo al éxito.
“No es sencillo detectar a las personas narcisistas en una entrevista de trabajo”, señala Cáceres. “Esto sale a relucir en el desempeño”, complementa.
Para identificarlos, se necesita preguntar previamente a excompañeros de trabajo y superiores sobre su desenvolvimiento.
FUENTE: DIARIO GESTIÓN